6 de marzo de 2014

E.R.D.L.A. 3

Al salir a la calle, una ráfaga de viento le azotó en la cara, y poniéndose la bufanda doble hasta cubrirle la nariz, comenzó a caminar. La noche se había apoderado del cielo, y las estrellas estaban particularmente brillantes. Mientras paseaba, pasó por delante del parque donde su abuela Isabelle la solía llevar. Aunque hacía mucho que ya no era así. Apretó la mano con la que sujetaba a Thor y con la otra se puso los auriculares para intentar evadirse un poco. La primera canción que apareció en sus oídos fue Sacred, de Tokio Hotel. Parecía que su teléfono sabía que música ponerle en cada momento.

Media hora y un par de cacas después, Grace decidió volver a casa. Pero antes de llegar, se paró en una nueva tienda de chuches para darse un pequeño capricho. Justo a la entrada, en el mostrador, había una chica con el pelo ligeramente ondulado y teñido de un gris perla que le impactó agradablemente. La chica de ojos amarillentos, probablemente por lentillas, la iba ayudando con todas las chuches que quería, pero que no encontraba. A la hora de cobrar la chica le preguntó:

- Perdona, hace muy poco que estoy aquí, ¿sabrías de algún lugar donde poder tomar un té bien calentito?
- Pues mira justo vengo del sitio que te voy a recomendar, al final del paseo del puerto, hay un bar que se llama Pink Moustache, en la barra está mi mejor amiga, yo me llamo Grace, dile que vas de mi parte y te lo preparará especialmente delicioso.
- Muchísimas gracias de verdad, yo soy Juls y aquí tienes tu cambio -y alargando el brazo dejó caer las monedas en la mano de Grace.
- Encantada de conocerte Juls, hasta pronto.

Cogió su bolsita y salió. Esa chica era tan peculiar, ojos amarillos como los de un gato, el pelo perfectamente teñido de gris perla y en su cuello un colgante... Un colgante que no había visto nunca. La cadena era de eslabones de plata, y de ella colgaba un dragón verde brillante enroscado en lo que parecía ser un huevo. Como si una mamá dragón cuidara de su huevo bebé, o por lo menos, esa fue la impresión que le dio a Grace. Además de su innegable atractivo, también se había fijado en su estilismo que era tremendamente parecido al de Elaine. Jersey de punto, con pantalones de pitillo y unas converse del mismo color morado del jersey. En ese aspecto, Grace era bastante más complicada, ella se vestía según como se levantara; había días en que se ponía multicolor, es decir, una prenda de cada, y le daba igual si combinaba o no, para ella estaba bien. Había otros en los que se levantaba princesita y esos días no podían faltar unos buenos tacones con uno de sus vestidos de los años ochenta. En cambio si se levantaba triste o de mal humor, las camisetas negras con motivos y unos vaqueros eran imprescindibles. Ese día, en concreto, se levantó triste.

Ya había llegado a la puerta, sacó las llaves de su bolso y justo en el momento en el que iba a abrir, su madre salió. En su mano traía una carta. Una carta con un remitente que nunca se hubiera imaginado: Isabelle Shepard, su abuela.

- Mamá, ¿qué quiere decir esto?¿No será una broma de Mark o algo no? -replicó a su madre con el corazón casi en un puño.

Las dos se fueron hacia el sofá, aunque Grace se sentía aún como en estado de shock .

- Grace hija, llevo guardando esta carta durante siete años para ti. Tu abuela me la dio unos meses antes de que se fuera. Ni yo misma sé lo que escribió aquí -dijo señalando con la mirada la carta- Lo único que me dijo fue que te la diera en el séptimo aniversario de su muerte, cuando tú tuvieras los dieciocho ya cumplidos.
- ¿Y por qué mamá?¿Por qué siete años después? -sus lágrimas se desbordaban de sus ojos a la vez que titubeaba las palabras.
- Mi niña, yo no sé nada. La que hizo todo esto fue la abuela y ni yo sé con qué propósito. Lo que está claro es que ella quería que fueras tú la última en tener algo suyo. Tómate el tiempo que necesites para abrirla, pero por favor, no llores más cariño -en ese momento Emanuella cogió a su hija y le dio un cálido beso en la frente.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Este blog se alimenta de vuestros comentarios, lo único que os pido es que sean con respeto, sin insultos ni ofensivas. ¡Gracias!